¿Qué tienen en común la salud mental y el trabajo?

Luna Nogales
Actualizado el 10 enero 2023
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Los lugares de trabajo pueden ser espacios de oportunidades para las personas, fomentando su desarrollo personal y profesional. Pero, de la misma manera, los lugares de trabajo pueden provocar riesgos para la salud mental de los trabajadores, generando y agravando el padecimiento de trastornos mentales. 

Por otro lado, emplear a personas con trastornos mentales ayuda a promover y proteger la importancia de tener una buena salud mental en el trabajo, la cual se ve cada vez más afectada y genera problemas dentro del entorno laboral. 

El Covid-19 ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la salud mental en el trabajo en todos los sectores. Trabajadores por cuenta ajena, autónomos, trabajadores temporales, cualificados y no cualificados han visto incrementados los riesgos de padecer un trastorno mental debido a su trabajo.

La crisis post pandemia, la incertidumbre en el mercado laboral y las condiciones de trabajo son algunas de las causas que, como veremos en el artículo de hoy, han generado un impacto negativo en la salud mental en el trabajo. 

Es cierto que cada vez hay más conciencia en la sociedad de las enfermedades mentales como la ansiedad o la depresión que se derivan, entre otros, del clima empresarial. Sin embargo, todavía hay mucho que mejorar para evitar que el trabajo siga suponiendo un problema para la salud mental.

En el post de hoy analizaremos algunos datos de la situación actual de la salud mental en el trabajo, comentaremos sus causas y efectos y, por último, veremos cómo pueden tomarse medidas efectivas para terminar con esta problemática cada vez más común. 

¿Cómo afecta el trabajo a la salud mental?

Empecemos con algunos datos sobre la actualidad de la salud mental en el trabajo. Según el Informe sobre la Salud Mental y los Beneficios Laborales realizado por InfoJobs, 1 de cada 2 problemas de salud mental se relacionan o justifican directamente con el trabajo. 

Igualmente, se estima que, a nivel mundial, se pierden 12.000 millones de días de trabajo debido a la depresión y la ansiedad, con un coste de 1 billón de euros por año en pérdida de productividad. 

Por otro lado, en el último año 3 de cada 10 trabajadores se han tenido que ausentar de su puesto de trabajo debido a problemas de salud mental. En concreto, un 17% de los profesionales que han sufrido problemas de este tipo han causado baja laboral, mientras que un 21% se han ausentado pero sin causar la baja. 

Además, 3 de cada 4 trabajadores no reciben herramientas ni soluciones por parte de la empresa para batallar con los síntomas de problemas de salud mental. 

Por todas estas razones, la salud mental ya se posiciona como uno de los principales motivos por los que se abandona el empleo, suponiendo el 27% de las razones de abandono que argumenta la población activa del año 2022.  

En la misma línea, Fremap, la mutua colaboradora con la Seguridad Social, destaca en su “Estudio de la evolución de los trastornos mentales y del comportamiento en la incapacidad temporal', que las bajas laborales que se relacionan con la salud mental han aumentado un 30.9% en trabajadores menores de 35 años entre 2015 y 2021.

Olga Merino, Coordinadora de Prevención y responsable del grupo de Psicosociología de Fremap, comenta que "estas bajas las pagamos entre todos a través de la Seguridad Social y se deben poner los medios para que haya una adecuada salud emocional entre los trabajadores".

Así pues, el derecho al trabajo es un derecho fundamental que se recoge en la Constitución Española, de esta forma, “todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia [...]”. 

Por ello, es obligación tanto de las empresas como de los poderes públicos promover las condiciones favorables y fomentar una política que garantice la formación y readaptación profesionales, velando por la seguridad e higiene en el trabajo y garantizando el descanso necesario, mediante la limitación de la jornada laboral, las vacaciones periódicas retribuidas y la promoción de centros adecuados.

Por estas razones, el trabajo tiene que ser un medio de vida decente y respetuoso con la salud mental de los trabajadores. Para ello, es imprescindible que los gobiernos legislen apoyando las materias de derechos humanos, trabajo y salud ocupacional. 

A su vez, se tendrá que concienciar y capacitar a las administraciones, empresas y trabajadores para que reconozcan los riesgos evidentes sobre la salud mental que se generan en el trabajo y respondan ante ellos. 

Es tarea de todos apoyar a las personas que ven afectada su salud mental en el trabajo, por eso, el cuidado de la salud mental en el trabajo y bienestar se trabaja desde un compromiso político, social y laboral. 

El trabajo decente puede contribuir a la inclusión, recuperación y mejora de confianza de las personas con trastornos mentales.

Las principales causas del trabajo en la salud mental

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declara que “los entornos laborales deficientes que, por ejemplo, dan cabida a la discriminación y la desigualdad, las cargas de trabajo excesivas, el control insuficiente del trabajo y la inseguridad laboral, representan un riesgo para la salud mental”.

En este contexto, son muchas las causas que juegan en detrimento de una buena salud mental en el trabajo y, por tanto, de un desarrollo profesional libre de dificultades e incertidumbres:

  • Entornos laborales inseguros sin protección en materia de salud y seguridad

  • Jornada laboral excesivas que no permite la conciliación personal y familiar

  • Rigidez en el horario laboral

  • Problemas de dsicriminación racial, sexual, ideológica, etc.

  • Presión en el puesto de trabajo

  • Incertidumbre del mercado laboral

  • Falta de crecimiento y reocnocimiento profesional

  • Ambiente negativo en el entorno laboral

Estas causas, a su vez, pueden producirse por las siguientes razones: 

Estas situaciones las encontramos en todos los sectores, aunque en unos son más propensos a darse que en otros. Por ejemplo, los sanitarios o mineros están más expuestos a este tipo de riesgos, afectando de forma negativa a su salud mental. 

Por otro lado, las crisis económicas o las pandemias como la del Covid-19 incrementan exponencialmente los problemas de salud mental en el trabajo. La pérdida de empleo y reducción de oportunidades, el aumento del desempleo y la inestabilidad financiera son algunos ejemplos. 

La pandemia ha supuesto un enorme costo en la salud mental de las personas y los trabajadores. De hecho, las tasas de depresión y ansiedad se situaron en un 25% durante el primer año de pandemia.

Principales síntomas de problemas de salud mental en el trabajo

Para combatir los problemas de salud mental en el trabajo es imprescindible saber reconocer cuáles pueden ser los síntomas que se experimentan.

Algunos de ellos, son, por ejemplo, la desmotivación, disminución en el rendimiento laboral, el absentismo laboral, desobediencia e incumplimiento de las tareas propias del rol laboral, falta de colaboración, irritabilidad excesiva y conductas agresivas en el trabajo, conflictos interpersonales, dificultad en la toma de decisiones…

Los principales efectos del trabajo en la salud mental

La OMS estima que el 15% de los adultos en edad de trabajar tiene en algún momento algún problema de salud mental.

Algunos de los efectos producidos por esta problemática son: 

  • Dejar el trabajo por salud mental

  • Enfermedades mentales como la ansiedad o la depresión

  • Suicidio

  • Tensión en las relaciones sociales 

  • Efectos negativos en el bienestar y el funcionamiento cognitivo, emocional, conductual, relacional y social de una persona

  • Empeoramiento de la salud física

  • Pérdida de la identidad personal

  • Ausentismo y rotación de personal

  • Pérdidas de productividad y rendimiento (lo que conlleva despidos por bajo rendimiento), agravamiento de los ciclos de pobreza y otros costos indirectos para la sociedad 

¿Sabes lo que es el síndrome burnout?

También conocido como el “síndrome del trabajador quemado”, se trata de la cronificación del estrés laboral, que produce una sensación de agotamiento físico y mental generalizados. Provoca una alteración de la personalidad y autoestima del trabajador, que se manifiestan en una pérdida de la productividad laboral y desmotivación. 

Se estima que el año que viene este síndrome se reconocerá como enfermedad, siendo motivo de baja laboral.

¿Cómo se puede cuidar la salud mental en el trabajo?

Los trabajadores son el principal activo de las empresas, por lo que es imprescindible erradicar los problemas de salud mental y ofrecer  a los empleados un clima y cultura  empresariales que garanticen su bienestar personal.

Cuidar a los trabajadores es esencial para el buen funcionamiento de un negocio. De hecho, uno de los principales objetivos de los departamentos de RRHH es atraer y retener talento dentro de la propia empresa. 

Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs comenta que “factores como procurar el bienestar de los empleados, atender a sus intereses y mejorar el entorno laboral para que se sientan satisfechos resultan clave a la hora de atraer y retener el talento”. 

La Ley de Prevención de Riesgos Laborales define las condiciones de trabajo como: "cualquier característica del mismo que pueda tener una influencia significativa en la generación de riesgos para la seguridad y salud del trabajador". 

Así pues, una definición adecuada y proporcionada de las condiciones de trabajo puede ser una de las soluciones para evitar problemas de salud mental en el trabajo. 

Un entorno seguro y sano tiene más probabilidades de minimizar los conflictos y la tensión en el entorno laboral, fidelizando al personal y generando una mayor productividad, eficiencia y rendimiento laboral. 

En este sentido, existen medidas efectivas para proteger la salud mental en el trabajo y prevenir los riesgos de salud mental en el entorno laboral. 

Estas medidas deben adoptarse de tal manera que los trabajadores, sus representantes, las empresas y los poderes públicos puedan participar en ellas. ¿Qué medidas encontramos?

  • Planes de detección y diagnóstico de los trastornos mentales. De hecho, ya se habla de la figura del psicólogo de empresa, la cual se está empezando a incluir en algunas empresas. 

  • Protocolos de trabajo social en salud mental.

  • Desconexión digital en el ámbito laboral. Este es un derecho que surge a raíz del empleo de la tecnología en el trabajo y que está reconocido en la LOPD. Con él se pretende garantizar el respeto del tiempo de descanso de los trabajadores así como la intimidad personal y familiar. 

  • Establecer estrategias de salud mental.

  • Crear normativas para luchar contra el acoso en el trabajo y la violencia.

  • Promover la conciliación.

  • Educación sanitaria sobre cómo gestionar el estrés y reducir los síntomas. 

  • Programas de retribución flexible e implementación del teletrabajo o un modelo híbrido.

  • Contratación de personal suficiente y regulación de las horas extraordinarias.

  • Garantizar un entorno laboral seguro: buenas condiciones y características del lugar de trabajo

  • Diseño del plan de trabajo, las tareas y los proyectos.

  • Ritmo y carga de trabajo proporcionados.

  • Fomentar las relaciones interpersonales en el trabajo (apoyo, compañerismo, etc.).

  • Desarrollo de competencias interpersonales como la escucha activa y la comunicación abierta.

  • Ofrecer oportunidades de desarrollo profesional y promoción interna.

Pero para conseguir todo esto, lo primero que se necesita es un cambio de mentalidad en las empresas y sensibilizar sobre la salud mental en el trabajo para reducir su estigmatización.

Casi un 40% de los trabajadores afirma que lo que más valora de un trabajo es la flexibilidad.

Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs comenta que “en estos dos años hemos asistido a un cambio de modelo. Los profesionales priorizan cada vez más aspectos como la flexibilidad laboral, el tipo de contrato o el compañerismo en el trabajo y elementos como el salario y la solidez económica de la compañía cada vez tienen menos relevancia. Las reglas han cambiado y las empresas deben saber adaptarse a este nuevo paradigma donde los empleados son más exigentes”. 

En definitiva, todos los trabajadores tienen el derecho a trabajar en un entorno laboral sano y seguro. Por ello, es imprescindible que empecemos a crear un entorno enfocado al cambio en el entorno laboral para mitigar estos riesgos sobre la salud mental en el trabajo. 

Formar a líderes comprometidos con la salud mental en el trabajo, invertir en fondos y recursos, proporcionar servicios suficientes de salud mental y empleo y generar instrumentos legales adecuados y focalizados en esta problemática, pueden ser los primeros pasos. 

Para alcanzar estos objetivos es imprescindible contar con la participación de todas las partes, trabajadores, empresarios, representantes, poderes públicos, etc. Todos los sectores deben integrarse en este cambio para la mejora de la salud mental en el trabajo. 

No hay duda de que una transformación de los entornos laborales para conseguir reducir el sufrimiento y reforzar la dignidad de las personas, es posible. Solo hay que tomar consciencia del asunto, alinearse y entrar en acción. 

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